¿Pero cuál es la realidad de todos los aceites baratos que podemos encontrar en el supermercado normalmente?
Si bien es cierto que el uso de aceites vegetales de semillas, legumbres y hasta frutos secos es más común cada día, no todos son buenos para nuestro organismo.
Pero estudios han demostrado que las supuestas bondades y beneficios que presumen la mayoría de ellos, son mentira.
Incluso los especialistas los consideran hasta perjudiciales para la salud, en muchos de los casos.[/vc_column_text][vc_column_text]
¿El aceite que consumes es realmente nutritivo?
El problema, dicen algunos expertos en el tema, se produce realmente a la hora de freír con este tipo de aceites.
Primero hay que tener en cuenta que lo vegetal no siempre es sinónimo de saludable.
Muchos tipos de aceite contienen omega 6, que causa inflamaciones dentro del organismo y aumentan las posibilidades de padecer artritis, depresión o cáncer de piel.
Incluso se habla de alteraciones hormonales y de daños en el sistema reproductivo y neuronal.
Lista de aceites vegetales que deberías evitar:
De girasol
Una investigación de 2012 en la Universidad del País Vasco, España, demostró que algunos aceites como este, contienen compuestos orgánicos llamados aldehídos.
Estos elementos están relacionados con trastornos neuronales y con algunos tipos de cáncer.
Según los científicos, los aceites de girasol y de linaza (sobre todo el primero) son los que tienen una mayor cantidad de estos compuestos.
Los aldehídos contaminan el entorno y pueden ser inhalados. Y permanecen en el aceite incluso después de haber sido calentado.
El aceite de girasol es rico en ácidos polisaturados, que pueden oxidar la sangre y dañar las arterias, elevando la presión arterial ocasionando trastornos en los riñones.
Su ingesta puede provocar obesidad, dolores en las articulaciones, diabetes, cáncer de próstata y de seno.[/vc_column_text][vc_single_image image=»2148″ img_size=»450 x 450″ magnify_zoom_hover=»» fade_me=»» css=».vc_custom_1576107928813{padding-top: 10px !important;padding-bottom: 10px !important;}»][vc_column_text]
La mayoría de los aceites de canola, soya, maíz y algodón… provienen de semillas genéticamente modificadas.»
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De maíz
Tanto el aceite de girasol como el de maíz tienen un alto contenido en grasas poliinsaturadas, que provocan enfermedades similares también.
Además, es importante que sepas que la mayoría de los aceites de canola, soya, maíz y algodón provienen de semillas genéticamente modificadas.
Investigadores de la Universidad de Montfort, Reino Unido, aseguran que los aceites de girasol y de maíz son buenos, mientras no se usen para freír o cocinar.
De hecho, las investigaciones sugieren que es “mejor” cocinar con mantequilla que con aceite de maíz.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]
De canola
Es uno de los más populares. Su origen está en Canadá y se comenzó a desarrollar en 1978 modificando genéticamente plantas de colza.
La ironía de este producto radica en que se vende como aceite vegetal natural, cuando su origen es completamente diferente y tiene varios procesos para extraerlo.
Es barato y fácil de “cultivar”, pero el ácido erúcico que contiene este aceite lo hace tóxico.
Reportes de la revista Nature afirman que al ser estudiado en ratones, se observó que «la exposición a una dieta rica en canola, aumentaba su peso y deficiencias en la memoria.
Mientras que la National Library of Medicine asegura que al ser barato y contener ácido erúcico, causa daños en el corazón.
El aceite de canola y otros aceites vegetales calentados es lo peor que se le puede añadir a los alimentos.
En humanos, este producto aumenta considerablemente la posibilidad de padecer cáncer e incluso, heredar a nuestros hijos varias enfermedades autoinmunes.
La Universidad de Temple, afirma que este líquido puede ocasionar daños como la pérdida de memoria y aumento de peso.[/vc_column_text][vc_single_image image=»2146″ img_size=»450 x 450″ magnify_zoom_hover=»» fade_me=»» css=».vc_custom_1576107941272{padding-top: 10px !important;padding-bottom: 10px !important;}»][vc_column_text]
Las margarinas
En general, cuanto más sólida es la margarina, más grasas trans contiene. Y esto aumenta los niveles de colesterol y las enfermedades del corazón.
Incluso se ha demostrado que es una mezcla de los restos de otros aceites y posee un poder químico altamente reactivo, muy oxidante.
En 2015, la revista Photochemistry and Photobiology demostró que este producto produce envejecimiento prematuro y afecta el grosor de la piel.
¿El aceite que consumes es realmente nutritivo?
En resumen podemos decir que los aceites «malos» son los de semillas (colza, girasol, cártamo, salvado de arroz y maíz).
Y los de legumbres (soja y maní) y la mayoría de los aceites de frutos secos y los de palma.
Es mejor usar aceite de cacahuate, aguacate y coco para freír. El aceite de oliva contiene ácidos grasos saludables para el corazón, pero no es para freír.
Los aceites de frutas (oliva, uva, coco y aguacate) también son buenos para la salud.
La recomendación final es poner atención en las etiquetas nutricionales de los productos que compramos para poder elegir los que aporten un beneficio real a nuestra salud.[/vc_column_text][vc_single_image image=»2147″ img_size=»450 x 450″ magnify_zoom_hover=»» fade_me=»» css=».vc_custom_1576109040012{padding-top: 15px !important;padding-bottom: 10px !important;}»][/vc_column][/vc_row]